martes, 17 de febrero de 2015

LOS ANGELES

Las fuentes además de ser la Metafísica y la Cábala, es de una maravillosa mujer llamada Alexiis.

ENCUENTRO ANGÉLICO.
1) Los encuentros con ángeles no nos dejan una sensación de ansiedad ni temores indefinidos. Un verdadero mensaje de los ángeles nos deja con una sensación de confianza, para nada ansioso. No importa que el mensaje sea gozoso o cargado de íntima sobriedad, siempre sentiremos una gran confianza interna en el sentido de que el contenido del mensaje nos será de provecho.
2) Los ángeles no nos dejan confundidos. Sin embargo, según podemos ver, la confusión existente en nuestra sociedad y en nuestras propias vidas, no estamos viviendo del todo y a la perfección en la luz, puesto que en tal caso ya no existiría el desorden y mucho menos el caos. Cuando uno de esos mensajes está lleno de incoherencias, elaborado con señales confusas, es muy posible que haya surgido de nuestra propia mente.
3) Los ángeles no intentan obligarnos a nada. Los impulsos que provienen de Dios, ya sea en forma directa o durante el transcurso de nuestra vida, están destinados a ayudarnos. Cuando los ángeles llegan a nosotros con un mensaje que compromete nuestra mente o nuestra voluntad, siempre está destinado a dejarnos con la necesaria libertad para elegir.
4) Los mensajes angelicales llaman la atención hacia el que los envía y no hacia el mensajero. Si la figura del mensajero aparece tan opaca entre nosotros y el mensaje (o quien nos lo envía) como para que sólo podamos verlo en él, entonces ese mensajero no es un ángel. Los ángeles nunca se interponen en el camino. No quieren convertirse en el centro de nuestra atención durante más tiempo del indispensable para entregar su mensaje o hacer aquello para lo cual han sido enviados.
5) Examinar siempre los frutos de cualquier encuentro angélico o de todo mensaje que se le presente, tanto en su vida, como en la vida de los suyos. Un encuentro angelical proveniente de Dios y no de la propia imaginación siempre tiene que producir buenos frutos, resultados tangibles.
6) Poner a prueba todo aquello que parezca ser un mensaje angélico pero esté en contracción con lo que tienes por cierto, sabio y pleno de luz y amor. Si un ser que se aparece en una visión ordena que alguien le encienda velas todos los días, o de algún otro modo tratar de dirigir la atención del que recibe el mensaje hacia los mismos que lo traen, entonces tendremos la obligación de examinar mucho más de cerca todo lo que se relacione con la autenticidad o no del mensaje. Hemos de tener siempre en cuenta que los ángeles no atraen hacia ellos más atención de la que consideran necesaria.
7) Todo encuentro angélico nos cambia mucho o poco, pero siempre para mejor.
8) Los encuentros con ángeles no pueden tener consecuencias perjudiciales para quienes nos rodean.
9) Todo ser al que podamos convocar, ya sea por medio de ritos o sin ellos, probablemente no sea un ángel. Conviene no olvidar que los ángeles son seres soberanos, dentro de los límites marcados por su servicio hacia nosotros y para con la Divinidad. No se trata de seres a los que podemos dominar a voluntad. Jamás se podrá forzar a uno de esos seres. Los propios ángeles se encargarán de hacer saber cuándo consideran que corresponde presentarse, y ellos entienden que deben hacerlo sólo cuando Dios les comunica que el momento es el adecuado.


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