ALTAR ANGÉLICO
La finalidad de un altar es la de crear
un centro de fuerza. Seguramente, en tu casa habrá algún área reducida
que te sirva como foco espiritual. Los altares no tienen por qué ser grandes ni vistosos; pueden ser tan
sutiles que incluso pueden llegar a pasar desapercibidos a las personas
que comparten vuestro hogar.
El altar nos recuerda que en la vida hay
algo más que la consabida lucha diaria para sobrevivir y alcanzar el
éxito. Se trata de un lugar en el que esos pequeños objetos, para
nosotros tan sagrados y significativos, pueden estar reunidos y ser
tratados con respeto.
Una vez elegido, visualizad al
Ángel en aquel lugar, enviadle constantemente pensamientos de amorosa
simpatía, de fraternidad. Por la mañana, párate un momento para una
breve plegaria, pídele ayuda y protección para la jornada que comienza. Por la noche, antes de irte a dormir,
dirígele otro breve pensamiento de acción de gracias por el día que
acaba de terminar, pidiéndole protección durante la noche para vosotros y
para todos tus seres queridos. No olvides enviarle un pensamiento para la paz y para la serenidad de todo aquello que vive.
Puedes sentarte en una silla o sillón
delante de tu altar, y cuando te pongas a rezar, encendé una vela o
prende un sahumerio. La vela representa tu intensa atención, y el
sahumerio y las flores son la oferta de belleza.
Será tu pensamiento el que consagre
aquel lugar. Cuando te retires en oración o envíes un pensamiento
amoroso, el Ángel allí estará, escuchándote.
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