lunes, 23 de febrero de 2015

LA MANIFESTACION


Si bien hay muchas variaciones y agregados al proceso de manifestación, hay cinco principios que se aplican. Con la asistencia angélica puedes ampliar notablemente el poder de estas leyes, porque la naturaleza angélica contiene un ingrediente vital para la manifestación: una amorosa aceptación.

1) El primer paso en la manifestación es la intención. Tomas la decisión consciente de tener lo que deseas. Si no estás segura de desearlo de verdad, dedica unos minutos a imaginarte teniéndolo. Si no puedes visualizar o sentir cómo es, quizás no lo quieras del todo. O tal vez no crees poder tenerlo. A veces dejamos de desear algo cuando pensamos que no podemos tenerlo, aunque no dejemos de quererlo, por supuesto; simplemente, negamos el deseo. Con frecuencia, el miedo a la desilusión debilita la intención. Tenemos miedo de no conseguir lo que deseamos. Este miedo se crea en la sensación de poco valer.

2) El segundo paso para alcanzar tu meta es el compromiso de obtenerla… y estar dispuesto a aceptar todo lo que te traiga. Tienes que estar segura. Nada de melancólicos “tal vez” o “si yo pudiera”. Nada de ambivalencias. Este paso requiere que concentres tu intención y experimentes la convicción de que puedes tenerlo. ¿Alguna vez obtuviste algo que deseabas desesperadamente, sólo para descubrir que, después de todo, no lo querías? ¿O no supiste qué hacer con lo obtenido? La culpa está en la falta de compromiso.

3) El tercer paso requiere afirmación: reclamar lo que deseas utilizando una visualización, afirmándolo en voz alta y escribiéndolo o dibujándolo. Puedes hacer cualquiera de estas tres cosas, pero cuantas más hagas, mejor, porque cada una activa tu intención y comienza a establecerla en el reino físico. Para visualizar el logro de tu objetivo experiméntalo tan plenamente como puedas, por medio de tantos sentidos como te sea posible: debes verlo y sentirlo, oírlo, tocarlo y hasta degustarlo, si se puede.
Afirma lo que deseas diciendo en voz alta: “Ángel quiero tener…. “. Recuerda las palabras de la Biblia: “En el principio fue el verbo”. El sonido de tu voz crea una onda y el poder de tu intención la claridad de tu visualización, dan esa onda potencia y duración.
Algunas personas hacen un mapa del tesoro de lo que desean, recordando figuras que ilustren su meta y pegándolas en una hoja de papel o cartón.
Cada uno de estos actos reforzará tu convicción interior, iniciando la realización de lo que desea. Estás cocreando con nuestro Creador, con la ayuda de tus bienamados ángeles. Tu parte consiste en concebir todo el cuadro y cómo quieres que sea.

4) El cuarto paso es la gratitud, dar gracias por la manifestación, como si ya se hubiera producido. Existe ya en otra dimensión, que es familiar a nuestros alados colegas. Sé generoso con tu agradecimiento y tus alabanzas a la Fuente de Todo.

5) El quinto paso es el más difícil: el desprendimiento. Tienes que liberar tu meta hacia el Universo, para que este pueda hacerse cargo y entregar lo que has pedido. Cinco breves palabras te ayudarán a recordarlo: “Déjalo y deja a Dios”.

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